Crítica de «Hysteria»

Imagínense un filme ambientado en Inglaterra a finales del Siglo XIX. Inmediatamente una serie de conexiones comienzan a producirse en nuestro cerebro. El cuerpo se prepara para lo que vamos a ver. Algo Dickensiano. Puede que esencia de Brontë. O incluso, tirando de estadística y probabilidad, una nueva adaptación de una novela de Jane Austen. De momento no parece haber lugar a la sorpresa (sin menospreciar la excelente obra los novelistas apuntados).

Sigamos sumando. Pongamos un plantel de actores compuesto por Hugh Dancy, Maggie Gyllenhall, Felicity Jones y Rupert Everett. La sensación de  que vamos a ver “Cumbres borrascosas” ya no nos la quitamos ni a tiros. Pues nada más lejos de la realidad. Nuestro punto de partida va a ser la invención del primer consolador eléctrico. Ahí es nada. El viaje toma otros derroteros, porque “Hysteria” es una comedia romántica (más o menos), pero con una serie de peculiaridades que le permiten ir un paso más allá que sus compañeras de género.

El filme de Tanya Wexler aborda una aparente enfermedad que asolaba a gran parte de las mujeres de la época: la histeria femenina. Según los “entendidos” de la época, una afección de origen desconocido con su epicentro en el útero y que produce un comportamiento perturbado en la víctima. Según la historia acabó por enseñarnos, una evidente frustración sexual de las mujeres debido al machista contexto social. Pueden deducir ustedes el tratamiento requerido para una correcta curación.

“Hysteria” genera, de este modo una serie de situaciones objetivamente divertidas. El proceso de investigación desarrollado por el joven médico interpretado por Hugh Dancy no tiene desperdicio. Si algo se le puede reprochar a “Hysteria” es que va perdiendo mala leche a medida que transcurre la película. Algo similar ocurre con la historia de amor. El filme se resiente a medida que pasan los minutos, pero su caída no es tan grave como para llegar al desastre. Podríamos decir que pierde su mordacidad inicial para acabar en una comedia romántica de época de buen nivel.

En todo caso, “Hysteria” es un producto altamente recomendable para cualquier público. Convencional en algunos momentos, pero por encima de la media del género en términos generales. De factura impecable e interpretaciones acertadas, dan una nueva visión de la sociedad de la época en la que se comenzaron a sembrar ciertas semillas de progresismo que todavía hoy siguen dando flores. ¡Si Dickens levantara la cabeza!