Crítica: ‘El libro de la vida’ y el gusto de morir en México

el libro de la vida critica

el libro de la vida critica

‘El libro de la vida’ es una de las dos películas de animación que se estaban preparando sobre el día de los muertos. Si bien el proyecto de Pixar  de Lee Unkrich se ha retrasado por inconveniencias de otras películas y llegará en verano de 2016, este del que hoy hablamos se trata de una aventura muy digna y bella producida por el mismísimo Guillermo del Toro y dirigida por  Jorge R. Gutierrez (animador en series como ‘El Tigre: las aventuras de Many Rivera’ o ‘Mad’ )

 

‘El libro de la vida’ destaca frente a las últimas películas del género por diferentes cosas: por tener un diseño y estilo visual original y kitsch encantador, por mezclar culturas y por llevarnos a un escenario diferentes al de las princesas o héroes américanos y todo con una factura sin tacha.

En cuanto al dibujo, no se comen la cabeza y se despreocupa por las proporciones, con personajes trazados con auténtica libertad  y mucha expresividad y que con eso suplen su falta de realismo.  El mero dibujo es una de las triquiñuelas geniales del guión, se trata de una historia dentro de una historia, reescenificada para nosotros y para otros niños, de ahí que además de la personalidad del grupo de animadores, se dibujan como marionetas de madera con ciertos detalles de calidades muy locos y brillantes. Por otro lado, estos están animado con fluidez, el diseño digital están lleno de brillo y colorido y es un gusto para todos los sentidos poder ver personajes tan diferentes sin censura en sus medidas y formas, que corren, saltan, cantan y aman.

Nos encanta también el recurso a la mitología y el folclore mexicano, La muerte (así llamada también en ingles ‘La muerte’) es la más bella de las mujeres con su calavera pintada y decorada con claveles. Ella cuida de los muertos queridos, de los que son celebrados por sus familiares en el mundo de los recordados, mientras que aquellos que por su mala vida no tienen quienes les recuerden van al mundo de los olvidados gobernado por Xibalba el malo del cuento (doblado por uno de los usuales de Del Toro, Ron Perlman), pero que no es tan malo al final.

El punto de partida del film es muy tras pasar la introducción de los niños en el museo: en una de las grandes historias del libro de la vida, el libro que contiene la vida de todos y cada uno de nosotros, hay una que destaca y que explica y sucede durante el Día de los Muertos. En una de esas celebraciones La muerte y Xibalba en una de sus disputas convencionales se juegan sus reinos en una apuesta sobre quien de aquellos adorables niños, Manolo o Joaquín, conseguirá casarse con María. Cada uno tendrá que hallar el valor de ser si mismos y descubrir el héroe que hay dentro de ellos cuando, no sólo al crecer traten de ganarse el ‘si quiero’ de María, sino cuando tengan también que salvar al pueblo de un malvado Bandolero llamado el Chacal. Éste  viene tentado por la búsqueda de un amuleto de invencibilidad que Xibalba entregó a Joaquín para ganarle la apuesta a La muerte, quien lleva ventaja con Manolo, verdadero amor de María. A su vez, las trampas de Xibalba causan la muerte de Manolo, que quiere ser cantante a pesar de la insistencia de su padre de que sea torero. Así nuestro protagonista muere y se encuentra con toda su familia y descubre el mundo de los muertos, un festival carnavalesco, que, incluso aunque suene mal, le dan a uno ganas de morirse en México.En cualquier caso Manolo tendrá que encontrar a la Muerte para que le ayude con Xibalba y para poder reencontrarse con su amor y salvar la ciudad amenazada por el Chacal.

El-libro-de-la-vida

La historia, no obstante, no sólo nos habla del amor, nos habla de la valentía para ser uno mismo, de la amistad y de la familia. Por otro lado, tiene detalles que llaman la atención y muy destacables como la habilidad para combinar un escenario típico o local (toreros, jinetes, mariachis, bandoleros) y hacerlos tan moderno sin que chirrié, una desmitificación y naturalización de la muerte, la construcción una chica fuerte y unos pretendientes tan humanos y la presentación de  un toreo bonito que aboga por no matar al toro… ¿se puede pedir más ? Pues por si esto fuera poco, ‘El libro de la vida’ cuenta con canciones melódicas  muy atractivas.

¿Cuál es el pero? La narración se atasca y parece no tener muy definida los temas, yendo de uno para otro sin bucear de verdad en lo que realmente es lo definitorio del film: la fiesta de la muerte,  la simbología e historia del mundo de los muertos, la cascada de la vida, la celebración de la cultura mexicana y el amor a nuestros antepasados y muertos en una ceremonia muy peculiar. Se echa de menos una presencia más rotunda de la muerte y su enemigo/amante, del juego entre ambos, frente a una fabula de amor, bonita, pero más común. A los más mayores, además, nos da la sensación de que hay una cierta descafeinización de lo mexicano, de la parte lúdico-siniestra en pos de un relato más blancoque la nieve (y algo yankie) y sin un villano que tenga verdadera maldad (hay dos malos en el film, pero uno no resulta tan perverso al final y el otro tiene poco espacio y motivación). A la banda sonora le sobra un poco de marketing pop, aunque eso ya es cuestión de gustos.

De cualquier modo, ‘El libro de la vida’ es una de las recomendaciones de este fin de semana para ir con toda la familia y disfrutar de una paleta de colores descarada y un relato bonito con personajes encantadores y diferentes.