Crítica: ‘Ant-Man’, el último pequeño gran héroe

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‘Ant-Man‘ es el nuevo héroe de Marvel, mucho más modesto que los anteriores vengadores y uno de los futuros que veremos en próximas reuniones Marvel (al menos es seguro que le veamos en ‘Capitán América: Civil War’ y más que probable en ‘ Vengadores: Infinite War’). La modestia del Hombre Hormiga, que ha crecido entre la polémica de sus cambios de director y guión, además de sus discordancias con la historia del cómic original, tiene sus cosas malas y buenas, pero con un balance decente, si tenemos en cuenta sobre todo que se trata de una película de presentación.

‘Ant-Man‘ nos cuenta el paso de testigo de Hank Pym, Ant-Man original a un nuevo portador del traje, Scott Lang, un ladrón con buen corazón, que por fechas encajará más con la generación de los actuales vengadores. Así es como solventamos un poco la falta de fidelidad con el relato primigenio, donde Pym es un científico genial creador de mil y un artilugios y personajes (por ejemplo los villanos Ultron y Yellow Jacket son dos de sus creaciones, el primero como criatura y el segundo como una de sus propias personalidades descontrolados, y hasta Visión era responsabilidad de Ultron) El caso es que el film entero trata de dejar en la parte de apoyo técnico a esta supermente a la altura del mismísimo Stark para configurar a un nuevo Hombre Hormiga. Éste, a su vez, confirmará su llegada al universo con una necesaria misión de bautismo que ha de impedir el levantamiento de un nuevo villano, salvar la tecnología de sus propios poderes y redimirse de sus pecados al mismo tiempo.

Ant-Man paul rudd

Al tratarse de una aventura de mero descubrimiento del héroe, donde el conflicto de ‘acción’ sólo es la base para el asentamiento del nuevo ‘vengador’ (que en realidad era uno de los fundadores y así Whedon lo concibió en sus primero borradores, así como con Avispa), la trama resulta bastante ligera. Por un lado, refresca el hecho de que no haya un intento de hipertrascendencia como en otros casos, pero también es verdad que tiene menos peripecia o ésta es menos agitada, que en otros filmes de la franquicia.Por suerte, nos hallamos ante un personaje con carisma que va dejando claro que lo suyo no es dar puñetazos sino sacarnos la sonrisilla, aunque con menos sorna y mala leche que ‘Iron Man’. Son apuntes iniciales de un héroe que haría la competencia al alter ego de Tony Stark, pues es su humor y una cierta torpeza infantil la que dan encanto a ‘Ant-Man’. Desde luego para esto Paul Rudd, bastante encasillado en sus papeles cómicos, da bastante el tipo, aprovechando un físico que se lo permite y que hasta ahora no había usado de esta manera (quizás sólo se atisbó en esa ñoñería extraña de ‘El novio de mi madre’ o  en ‘Friends’)

Para sopesar esta ligereza, a su lado nos encontramos con la figura del científico loco pero cuerdo (y entre los dos competirán con Iron Man) y la hija de este que adopta el rol de la entrenadora fuerte y seria, y se postula como otra de las futuras heroínas. Si, además, apuntamos que estos dos son Michael Douglas y Evangeline Lilly el asunto pinta más que bien. En cuanto a los personajes el problema, o donde pincha algo la historia, es el malo el que no termina de convencer y no porque Corey Stoll (‘House of Cards’, ‘Non-Stop’, ‘The Strain’) no sea creíble, con verle basta, sino porque le faltan minutos y alguna motivación más, (por no decir que parece que nos sacamos de repente a Hydra de un bolsillo) para ser malvado y para ponerse el traje amarillo de combate.

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Si quitamos esto, de nuevo Marvel vuelve a demostrar que sus mayor acierto está en elegir bien a los actores de sus películas cuyo gancho innato se une al de sus personajes como se puede comprobar especialmente con los casos de Robert Downey Jr., Chris Hemsworth y Mark Ruffalo, cuya presencia suele ser reclamo más que suficiente para acudir a ver la película. Rudd cumple su cometido a la perfección y sin apenas esfuerzo. Auguramos que, si bien parte de la comedia viene apoyada por sus compañeros de robos, secundarios pintorescos pero graciosísimos, interpretados por  Michael Peña, T.I. y Wood Harris, en las próximas apariciones del héroe insecto se dará rienda suelta a la biz cómica del actor. (Para apreciar mejor estos ‘matices’ recomendamos como siempre, si se puede, ver la  versión original y no la doblada).

No obstante, donde realmente la película se centra es en lado emotivo de todos estos seres, parte que imaginamos que es donde más parte ha añadido  su director (relevo de Wright) Peyton Reed (‘A por todas ‘, ‘Separados’, ‘ Abajo el amor’) con sus virtudes y defectos. Nos hallamos ante todo con una historia de padres e hijos, de maestros y discípulos, lo que forma la verdadera esencia de la trama. Lang necesita mejorar para poder recobrar sus derechos de padre, Pym recuperar el amor de su hija, Hope conseguir el reconocimiento de su padre y hasta Darren Cross, el villano, busca en cierto modo la aprobación y superación de su mentor.

Otra línea que explica la inactividad del viejo Ant- Man también tiene raíces sentimentales que tienen que ver con la perdida de su mujer y esta también es la causa de la distancia con su hija Hope.  Esto a veces gusta y a veces chirria, según se conecta con las tramas de ciencia ficción o se vuelve melodramática y redundante. De cualquier modo, nos hallamos antes héroes humanos, con debilidades y torpezas simples, y eso, desde otro punto de vista, se agradece.

Aparte del guión más sencillo en cierto modo, la estética de nuestros amigos es diferente, menos grandilocuente y más ‘dibujado’. El hecho de tener que dar paso a hormigas hace que se dibuje, se de una mano de lápiz a las imágenes, más plásticista, sin pretensiones de realismo, lo que le da un aire muy personal y retro. Se añaden una serie de visiones coloristas con una reminiscencia al comic, con cierta baja resolución, que se unen a localizaciones también menos llamativas y más ajustadas (acordes también al menor presupuesto del film), más ‘hogareñas’, con efectos especiales brillantes contados. De nuevo, nos apartamos de los vengadores, mostrando quizás en exceso  su intención de ser más ‘pequeños’, y centrándose en crear su continúo hilo de historias (y marketing), de encadenar hechos hacia un relato mayor (que últimamente está supravalorado)

 

De esta manera, aunque se puede decir que ‘Ant-Man’ es a primera vista, un salvador ‘menor’, no carece de un evidente encanto por sus diferentes superpoderes, su humanidad y sus gracietas  en torno a unos efectivos y carismáticos Michael Douglas y Paul Rudd.