Crítica de ‘Por un puñado de besos’: cuando querer lo es todo

Por un puñado de besos critica

‘Por un puñado de besos’ parece una película de principiante en todos los sentidos, tanto en lo bueno como en lo malo. Se notan las ganas, cierta inexperiencia y mucha influencia televisiva, tanto en la forma de narrar y encadenar, como en la elección del reparto (procedente de ‘El internado’, ‘Física y química’, ‘El secreto de Puente Viejo’).  David Menkes dirige esta adaptación del libro homónimo de Jordi Sierra i Fabra (guionista también aquí), por primera vez a solas, ya que el resto de sus películas son codirigidas con Alfonso Albacete como en los casos de ‘Atómica’, ‘Entre el vivir y el soñar’ o ‘Baby, I love you ‘. Este pseudo debut goza de la ingenuidad de las más románticas cintas de su filomografía con un tono más adolescente, pero, por suerte alejandose, de ‘cosas’ como ‘Mentiras y gordas’, lo que se agradece, ya que eso hubiese arruinado por completo el film.

Por un puñado de besos está protagonizada por Ana de Armas, Martiño Rivas, Marina Salas, Megan Montaner, Andrea Duro, Jan Cornet y Joel Bosquedcuenta evidentemente una historia de amor que bien podría ser una serie  o un corto, ya que apenas se centra en 3 citas de los personajes. La intensidad emocional del film es tal que, aunque es capaz de provocar la risa de algunos, simplemente deja a la vista una historia pueril (tierna y acelerada), pero que en ningùn momento llega a dar vergüenza. Esto se ve potenciado por su toque de culebrón, ya que prima un díalogo afectivo siempre (no hay más tema que este) por encima de las acciones, que se mencionan pero no se muestran. En el lado visual hay minimalismo y una tendencia a la limpieza de escenarios blancos, a cuartos vacíos acompañados de primeros planos de una bellísima Ana de Armas. Esto, que probablemente es intento de metáfora de soledad y necesidad (de amor se entiende), va de la mano de planos compartidos y sobreimpresiones de los amantes y canciones amorosas y melosas, que también funcionan de elemento de síntesis y de elipsis. En resumen, manías de estudiante primerizo de cine intentando transmitir la esencia de la vida, pero al tiempo con su misma frescura, lo que combina bastante bien, por otro lado, con el aire del relato.

por-un-punado-de-besos-ana-de-armas
Pero a pesar de todo esto, para los fans a los que esta película va dirigido tiene una mediana corrección, y quien se salga de este grupo de almas jóvenes y enamoradizas (a la par que seguidores de los protagonistas del film), directamente se ha equivocado de sala.  La sinopsis nos presenta a Sol que tras una crisis sentimental, que además le transmite el sida, decide volver a vivir y a amar, para lo que pone, muy decidida, un anuncio para encontrar alguien como ella a quien querer. Al mensaje contesta Dani y, en la cita el flechazo es rápido, pero él cuenta con un secreto que puedo estropearlo todo.

Así nos hallamos ante un amor complicado que queda perfectamente definida por su títulos: por las ganas de amar. No se detiene en hablarnos de sexo ni tonteo, sino el deseo puro de encontrar alguien con quien vivir ya quien besar. Esto se lleva a un nivel de ñoñez considerable y que nos sube el azúcar por encima de lo aceptable, ya viene tan deseado que se le olvidar sentar unas bases fuertes para el romance. Se enamora tanto la película de sí misma y de sus personajes, que obvia asuntos interesantes en torno a ese amor, todo lo que rodea las relaciones de personas seropositivas, su integración, su normalización, y de como se puede vivir con ello en una pareja donde uno de los dos no esta aquejada de ese virus. En defnitiva, una novela adolescente de amor que no busca lo dramático y se esconde de lo escabroso (de hecho, cualquier enfermedad hubiese válido para ser el conflicto de la chica.

No obstante, aunque no nos hallamos ante una buena historia, ‘Por un puñado de besos’ si que mantiene cierta dignidad al mantener esa candidez y decencia, además de sus buenas intenciones y su mensaje positivo al fin y al cabo. (Avísamos con el trailer se les ha ido la mano del todo)