Inverosimil comedia sobre una historia real donde Michael Bay se regodea en todos sus vicios y excesos visuales y ‘narrativos’. ‘Dolor y dinero’ es un juego de niños, en su vertiente más bruta y gamberra, con un humor abusrdo y negro basado, y esto es lo más fuerte, en la realidad. Si creíais que no se podía ser tan tonto y bestia, en este filme vais a comprobar que sí, sí se puede.
‘Dolor y dinero’ es claramente el desquite de Bay atado en otras producciones por un cierto aire de película de aventuras familiar que lo hacía contenerse( véase las efectistas, pirotécnicas y simples historias de ‘Transformers’,’ Armageddon’,’ Pearl Harbour’ o ‘La isla’). Aquí vamos a ver un cóctel de cachas arquetípicos, genialmente interpretados por Mark Wahlberg, Dwayne Johnson y Anthony Mackie, con un plan de robo imposible y cruel que sale mal y continúa de mal en peor, con torturas, muertes, bombas, chicas, drogas y todo sólo con el objetivo de conseguir una suma de dinero que ellos creen merecerse, que supone su sueño americano. La cuestión es que los personajes están tan bien construidos que toda la historia con la sucesión de barbaridades que encadenan resultan de lo más creíbles. No existe ni un reparo en mostrar en progresión las miserias de cada uno, sobre to a medida que consiguen su propósito que será su personal castillo de naipes: la autodestrucción de los mismos es casi inherente a su plan y a los delitos del mundo real. Sin embargo, uno no puede terminar de odiarlos, ya que se trata de una cuestión de falta de sensatez ‘genetica’ la que los lleva a tomar malas decisiones y acometerlas con extrema torpeza, no verdadera maldad. A esto hay que unir que la victima de la extorsión es más deleznable que ellos, también perfectamente interpretado por Tony Shalhoub. (También son de agradecer que otros papeles secundarios hayan recaído en Rebel Wilson y Ed Harris)
Por otro lado, el bizarrismo de Bay nos sumerge en un mundo de gimnasios donde el culto al cuerpo se convierte en filosofía de vida y metáfora de la competitividad global, trastocada por unos cerebros bombardeados de esteroides y otras cosas. El mito del chulo de gimnasio con ambición y del américano profundo con aspiraciones crean un universo abocado sin remedio a la tragedia cómica. En su bajeza o mediocridad triste aparece el tono y atractivo del film, el morbo estimula la risa y la curiosidad, pues no se censura nada al espectador, aunque se recule en lo más escatológico, por una simple cuestión comercial.Los guionistas de este film,Christopher Markus y Stephen Mcfeely, son, y sorprende, responsables de ‘Las crónicas de Narnia’, ‘El capitán América’o ‘Thor el mundo oscuro‘.
El ritmo del film se mantiene a media carga agilizado por un montaje cuasicómico y televisivo (con cortinillas y rótulos) y unas escenas de acción muy bien hechas, sencillas pero impactantes. Lo peor llega de la mitad hacia al final cuando la caida hacia el abismo de los tres protagonistas se precipita no sin daer un pequeño rodeo desesperado, lo que alarga el metraje, quizás demasiado. No obstante en líneas generales, la gamberradas divierten por su caracter hipérbólico y su estilo que mezcla un negro humor absurdo, todo a pesar de estar basado en una historia real. ‘Dolor y dinero‘ es Una de las mejores películas de este director en los últimos años sin duda alguna.
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