Crítica: ‘El corredor del laberinto’

crítica de 'El corredor del Laberinto'

[two_third]crítica de 'El corredor del Laberinto'

‘El corredor del laberinto’ es una adaptación de las novelas juveniles de James Dashner  y en concreto de la primera de , por el momento, la trilogía. Sin poder comparar, lo sentimos, personalmente con la novela (que a fuerza debe ser mejor), el resultado es bastante más decente que otras versiones de sagas (‘Crepúsculo’, ‘Hermosas criaturas‘, ‘Vampire Academy’, ‘Spiderwick’, ‘La brújula dorada’) y bastante prometedora y entretenida.

‘El corredor del laberinto’ empieza con buen tino planteando una intriga de ciencia ficción y terror: en un valle rodeado por un laberinto vive una comunidad de muchachos que no recuerdan su pasado, que no saben como han llegado allí ni como salir. El laberinto que les rodea es inexpugnable y habitado por monstruos sanguinarios que en ocasiones, muy raras, entran en la explanada y enferman y matan a quien encuentran. Así la comunidad de jovenzuelos ha creado una especie de sociedad que sobrevive a base de primitivas normas, reparto de tareas y de las provisiones que se le administran misteriosamente a través de un elevador. Este mismo artefacto sube desde las profundidades desconocidas, además de comida, nuevos habitantes: uno cada mes. Sin embargo, todo cambiará cuando el ascendido a esta tierra, a esta enigmática prisión, sea Thomas. Con él todo empieza a cambiar, sobre todo cuando se una al grupo de corredores del laberinto, los únicos que entran en esa trampa para intentar hallar una salida.

Aquí se combinan dos incógnitas: qué sentido tiene todo este encierro y cómo escapar de allí. Adentrarse en el laberinto es un peligro, pero plantea el dilema de si permanecer sin hacer nada o intentar ser libre a costa de la propia vida. Por otro lado, la existencia del mal desconocido e incomprensible y las dinámicas de una sociedad (encerrada) a pequeña escala, siempre son temas interesantes. Todo esto funciona bien dentro de sus limites, gracias a una buena ambientación y un ritmo regular. La crueldad y la violencia silenciosa, tanto de los chicos como del laberinto, generan en ciertos puntos una tensión genial, sin embargo los picos de terror que subyacen en la historia son poco a poco callados en pos de una línea más familiar y apta, lo que hace que la cosa vaya perdiendo intensidad y se quede en una mera película de aventuras donde las preguntas más o menos hacen prever las respuestas.

No os vamos a contar lo que significa este valle o terrario humano, pero es el principio de un viaje largo que promete, eso sí, si optan por el lado oscuro y adulto y regulan las dosis de almíbar y convencionalismo, e, incluso, si dejan las reflexiones al espectador, que el film da buen pie a ello, y omiten la moralina en voz alta, cosa a la que no dedican mucho tiempo, pero que cuando lo hacen, sobra.

Los actores están correctos, aunque se tiran toda la película haciendo de personajes confusos y sinceramente, es lo que toca, ya que se apunta un desarrollo en la secuela que se plantea si a la idea le secunda la taquilla (aunque no creo que en el caso de España vaya a ser muy fuerte la respuesta) Sus caras os sonarán, porque son todos niños actores en proceso de hacerse unos intérpretes recurrentes en cintas del género:  el protagonista Dylan O’Brien es conocido por la serie ‘Teen Wolf’, aml Ameen por ‘El mayordomo’,  Kaya Scodelario por ‘Moon’, ‘Skins’, ‘Cumbres borrascosas’,  Thomas Brodie-Sangster por ‘Juego de Tronos’ y especialmente por su trabajo en ‘Love Actually’ o Will Poulter por ‘Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba’ y ‘Somos los Miller’.

Lo también curioso de esta propuesta, y por eso reafirmo que probablemente aquí no cale, es que se apoya totalmente en el éxito de los libros, ya que no se han buscado grandes estrellas para el reparto y ni para la dirección o el guión, ya que en este apartado nos encontramos con debutantes. Esto nos hace preguntarnos si conscientemente no han echado toda la carne en el asador.

El caso es que ‘El corredor del laberinto’ apunta maneras pero se desinfla cuando al laberinto en cuestión se le da luz en lugar de oscuridad.  Nos gustaría ver una segunda parte, pero no parece que hayan explotado el potencial de la historia para que enganche al público que sería quien la sufragaría.(Esperamos equivocarnos con su recibimiento)