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Crítica: ‘En el ojo de la tormenta’

Critica de 'En el ojo de la tormenta'

Critica de 'En el ojo de la tormenta'

‘En el ojo de la tormenta‘ es una de esas películas de catástrofes que trata de aprovecharse del tedio veraniego de los espectadores, pero que, por desgracia, no podrá eliminar esa sensación de sopor. A pesar de ser meramente entretenido no sobrepasa el nivel doméstico y apenas lo alcanza, ya que aunque se han gastado los cuartos en sus escenitas de efectos especiales no es que sea impactantes, interesantes o novedosas.

‘En el ojo de la tormenta’ es una historia sencilla que cuenta lo que cuenta cualquier película de desastres naturales, en este caso, una tormenta con tornados gigantes. Resumimos, llega el fenómeno al pueblo y lo destroza y los protagonistas tratan de salvarse hasta que pasa. Aquí está ya todo el pescado repartido, sólo basta añadir una familia que necesita una nueva tragedia para reunirse y punto. En la trama no hay nada más que genere suspense que el ‘¿se salvarán o no?’ La respuesta es evidente y todo el interrogatorio no es que esté mal, es que no genera nada que capte tu atención o te emocione por le camino, ya que además los personajes son simples y poco atractivos, a la par, que los actores elegidos para ello, donde destacan Sarah Wayne Callies, famosa por su papel en ‘the walking dead’, y Richard Armitage , conocido como el soberbio Thorin escudo de Roble del ‘El Hobbit‘ (suyo desenlace veremos las próximas navidades).

Por otro lado, nos encontramos con las imágenes de la película: ya hemos dicho que están bien hechas sí, pero sin emoción ni espectacularidad, ni humor, aunque en algún segundo parece que lo va a tener y ahí aumenta la decepción. Además el ritmo no genera suspense y te preguntas ¿cuándo viene el tornado de verdad? y te aburres en ello un poco. La originalidad, o eso imaginaba que sería su director Steven Quale (‘destino final 5’), es la utilización de imágenes de diferentes cámaras, ya que la historia parte con el instituto local haciendo cápsulas del tiempo en video y la búsqueda de unos documentalistas-cazatornados, pero estos enfoques pseudorrealistas no son al final nada más que molestos, sobre todo cuando entra en juego el punto de vista del loco kamikaze de videos de You Tube. Este ‘cámara en mano’ no aporta nada, ya que no vemos imágenes abruptas ni veraces: la textura no cambia, el punto de vista es más bien simulado y las tomas no están muy bien elegidas y, lo que es más, redundan en lo aburrido del film.

En otro apartado, hay la posibilidad de experimentar la película con una opción i-sense: esto significa que en la sala te rocían con agua y alguna ráfaga de viento. Aquí es donde llegamos a la conclusión: estamos ante la nueva atracción del parque temático de Warner, ya que el film esta narrativamente a ese nivel de calidad y estos efectos in situ se aproximan a lo obsoleto y anticuado de las atracciones de su versión madrileña, con un par de ventiladores en unas cuantas escenas. Personalmente bien creadas estas atmósferas en el cine, podría ser divertido y animar la película, pero seguimos en la pobreza de medios y de relato. En definitiva, para fans del género, ‘En el ojo de la Tormenta‘ no es ‘Twister’ ni un blockbuster de Roland Emmerich. Avisados quedáis.