Crítica: ‘La vida secreta de Walter Mitty’

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‘La vida secreta de Walter Mitty’ es una nueva incursión de Ben Stiller en la dirección, tras la gamberra ‘Tropic Thunder’, y una película perfecta para salir con buen sabor de boca de la sala de cine en una época tan positiva y familiar (para la mayoría) como es la de Navidad.

‘La vida secreta de Walter Mitty’ también está protagonizada por Stiller que se reserva un papel de lucimiento en el que le siguen al paso una serie de actores de lujo, en mi opinión al menos, como son Sean Penn, Kristen Wiig(‘La boda de mi mejor amiga’, ‘Saturday Night Live’), que además de guionista y cómica tiene un atractivo aún por explotar, Shirley McLane, que en sus pequeñas escenitas conserva un encanto que muchas jovencitas quisieran, y  Kathryn Hahn. La historia es fácil de resumir: Walter es un tipo anodino que vive ensoñaciones despierto continuamente lo que le aleja de su realidad sosa y sacrificada. No obstante, a punto de perder su trabajo un enigma le llevará a tomar la decisión de vivir y arriesgarse si quiere conservar el empleo y descubrir el secreto más interesante que ha llegado a sus manos.

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Evidentemente esto da lugar a escenas inverosímiles primero y a otras un poco en la misma línea en un viaje disparatado por el mundo en el que sin demasiado esfuerzo el hombre común se resuelve sin mucho problema como extraordinario, capaz de hazañas increíbles. La resolución del conflicto dramático genera un mensaje y sentimiento positivo, que aunque poco realista en bastantes partes, resulta, por fin, refrescante dado lo necesario de optimismo en los tiempos que corren. Así la vida como lema y sin mucho dramatismo que nos acongoje, Mitty triunfa entre público y sorprendentemente entre la crítica.

Sin embargo, a pesar de todo lo dicho a Stiller le falta en sus peripecias algo que normalmente le sobra: gracia. Las fantasías y las situaciones rocambolescas no pasan de simpáticas e, incluso ingenuas e inocentes,  y, en cierto modo, fáciles de compartir por gran parte de los mortales, pero carecen de mucho humor, producen sonrisilla y risita baja, pero en ningún momento carcajada, y lo que parece mentira para el histriónico actor, se le ve comedido y algo contenido. En pocas palabras no hay chispa, si algo de encanto, pero no chispa.

De esta manera, ‘La vida secreta de Walter Mitty’, remake del film de  1947,  con guión de Steve Conrad (‘En Busca de la felicidad’, ‘El hombre del tiempo’) adaptando el relato de James Thurber , se queda con un complaciente bien y un potente mensaje vitalista para toda la familia, pero cortito de auténtica magia.