Crítica: ‘Ted 2’. Errar (y pecar) es humano

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‘Ted 2’ es una de las comedias de este verano apta sólo para fans del humor de Seth MacFarlane (‘Padre de Familia’, ‘American dad’ ‘El show de Cleveland’) llena de todas las virtudes y vicios de su director, también guionista y actor: Humor ácido, machista, siempre crítico, la mayoría de las veces también infantil y escatológico junto a un gusto extraño por los clásicos del cine y , en concreto, del musical.
‘Ted 2’ no trae de nuevo las aventuras de un Oso de peluche que ha cobrado vida en  una nueva etapa de su biografía. Si en la película anterior le veíamos independizarse, encontrar trabajo y novia, sin por ello madurar o dejar las más brutas gamberradas aparte, y reforzar su amistad con su amigo y ’dueño’, en esta secuela se casa y trata al poco de salvar un matrimonio como poco complicado. ¿Cómo lo hace? Bien, siguiendo el hilo de la sorna general a la sociedad establecida, decide que la mejor forma de recuperar el amor conyugal es tener hijos. Sin embargo, esto desencadenará multitud de problemas y peripecias absurdas, jocosas y otras más lógicas, como los problemas físicos de concebir en el caso del teddy bear y los legales y civiles de no ser realmente una persona.

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Así el film nos cuenta como Ted-Macfarlane y John Bennet-Mark Wahlberg, unidos por una amistad inquebrantable, tratan de conseguir que el primero logre el objetivo de ser padre al tiempo, para lo que tiene que ser oficialmente reconocido humano. Esto se traduce en un montón de sketches, gags y canciones, que no siempre hacen avanzar la historia, ralentizándola en ocasiones, con la única intención de hacernos reír y, por qué no, permitir a Seth Macfarlane mostrar su gusto por el musical, una cierta nostalgia infantil y mucha rabia escondida contra la sociedad ‘establecida’, que tenemos muy claro que viene de una parte oscura y muy personal del director.

 

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No hay en este sentido mucha variación respecto a la primera parte: hemos perdido la novedad de descubrir a Ted y su carácter, y, por tanto, sólo cabe darle rienda suelta. Quizás por ello, en esta segunda entrega tiene más protagonismo que su partenaire humano, es decir, Wahlberg, que intenta recuperarse de su divorcio y que en esta buddy movie es el que ayuda al otro, lo que no impide que se le guarde una trama romántica demasiado inevitable.

El resultado desde luego es bastante entretenido, pero no brillante. La reunión de chistes y escenas recuerdan a un capítulo largo de Padre de Familia( con una entrada de absoluto homenaje a la serie), y no dan lugar a un argumento compacto, fuerte y fluido. De hecho este metraje ‘de más’ hace  a ‘Ted 2’ perder frescura, aunque a la vez esa anarquía narrativa sea parte de su personalidad. Además carecemos de un villano fuerte o focalizado, y cuando uno aparece tiene poco tiempo o se repite. Sin embargo, para quien aprecie el humor políticamente incorrecto y de mal gusto de MacFarlane todo esto resulta poco importante, ya que las risas lo compensarán y a  también a los que quieran ver antihéroes con la lengua muy sucia y , admitámoslo, con mucho caca-culo-pedo-pis para todos. Y es que, de vez en cuando es útil la carcajada futil y sobre todo con tanto calor.

Por otro lado, ‘Ted 2’ cuenta con un reparto de nuevo bastante interesante, junto al muñeco doblado por el padre de la franquicia, encontramos a un cada vez más valorable Mark Wahlberg, a Amanda Seyfried, que repite tras ‘Mil maneras de morder el polvo’ y una suerte de secundarios portentosos como Morgan Freeman, Giovanni Ribisi, Sam J. Jones (‘Flash Gordon’), Jessica Barth, Patrick Warburton (voz de ‘American Dad’), Ron Canada, John Slattery (‘Ant-Man’, ‘Mad Men’, ‘Banderas de nuestros padres’) o Liam Neeson, con una única escena tronchante.