‘En la casa’. Crítica

‘En la casa’ es una de esas películas sencillas que, partiendo de una premisa típica, se va desenvolviendo poco a poco para cautivarnos. El premio Concha de Oro de San Sebastián 2012 es un magnífico ejercicio de narración que juega con la dualidad realidad-ficción con toques de suspense, comedia y drama.

‘En la casa’ es la adaptación cinematográfica de la obra de teatro de Juan Mayorga ‘El chico de la última fila’. Cuenta la historia aparentemente inocente de un chico y su profesor de literatura. El alumno presenta una redacción basada en su llegada a la casa de un amigo, cuyo estilo llama la atención del segundo, que decide ayudarle para que pula su talento y pueda convertirse en escritor. Sin embargo los textos de Claude, así se llama el muchacho, se basa en la realidad: él necesita ir a espiar a su compañero de clase a su casa y observarle con su familia. De esta manera Claude se introduce en una familia, que el denomina normal, intentando hacerse con ella hasta un punto peligroso. Las recreaciones de sus narraciones mezclan realidad e imaginación a veces sin diferencia y el maestro encantado con ellas, alienta y ayuda al joven a proseguir con su invasión, poniendo también tela de juicio el valor de la ética de ambos.

Este argumento que en principio puede ser pueril o simple, de película de instituto, esta resuelta con un guión y unos personajes que convierten lo mediocre en enormemente interesante. Las miradas del joven y del profesor, la voz en off y la articulacion de la imagen( y su elipsis astuta pero desapercibida), e incluso la confrontación entre los mundo del muchacho y el adulto se van mezclando hasta contaminarse uno de otro. Al mismo tiempo es un discurso sobre narrativa, una metahistoria, donde se nos muestra con claros ejemplos como se va generando el interés en cualquier historia. Él maestro conduce el relato del joven hasta que este mismo interés o curiosidad lo lleva al lado del público vencido por la historia e incluso absorbido por la ficción para olvidarse del ‘mundo exterior’. Todo el mundo termina encerrado en ese mundo que es la casa como símbolo de la familia y de la existencia.

El espionaje rebela a su vez las carencias y la historia que hay detrás de estos dos protagonistas, sin tener apenas que decir una línea de más. Mientras se inmiscuyen en la falsa ficción o realidad manipulada dejan en entredicho su propio presente, y se sacan a la luz lo absurdo y los mecanismos que fallan en sus propios mundos. Sin embargo, esta tarea de vouyerismo  creciente es, a su vez, una intromisión casi delito y el suspense se crea en torno a esta idea, como si se tornara un acto criminal y de locura, una adicción. Asimismo todo lo que se observa se relata con ironía, de manera intencionada o inevitable, como en el  caso del conflicto de la galería de arte de la mujer de Germain, el profesor (que encierra en sí otro problema diferente)

Los actores de ‘En la casa’ no podían estar mejor escogidos. El profesor Germain es interpretado por Fabrice Luchini, que consigue una gran química con el alumno Claude, responsablidad de Ernst Umhauer, quién concentra en su mirada una ambigüedad única: destaca por la lectura de sus textos en un tono justo y engañosamente neutro y por sus silencios con los que gana al espectador. Kristin Scott Thomas es la mujer de Luchini que en sus contadas apariciones no puede ser más correcta. Emmanuelle Seigner, es la madre del compañero de clase y la mujer de la casa, que cambia de estilo, apartándose de sus papeles de mujer fatal para convertirse en la maternidad y en objeto de deseo natural, por medio de una belleza simple y calmada.

Sin más, os recomendamos ‘En la casa‘, de François Ozon (‘Potiche. mujeres al poder’, ‘Ricky’, ‘Swimming pool’,’8 mujeres’, ‘Gotas de agua sobre piedras calientes’)otro film de cine francés que nos presenta un cine distinto al estadounidense y ejemplo a seguir. Por si os cabe duda alguna sobre el potencial del film, podéis revisar el trailer, que, afortunadamente, es bastante representativo de la película