«Lo imposible» es no hacer una crítica de esto

Después de que Héctor nos contara que «Lo imposible» estaba teniendo una buena acogida por parte del público, qué menos que darle un hueco en la sección de críticas. Y ahí va la mía.

«Lo imposible» es una película dirigida por el español J. A. Bayona que recoge el testimonio real de una familia cuyos miembros sobrevivieron al devastador tsunami provocado por el terremoto del océano Índico de 2004. La premisa la conocemos desde mucho antes de ver la película, pues quien se haya perdido el tráiler, seguro que ha sido testigo de la gran campaña de márketing de la película que, entre otras cosas, ha incluido ruedas de prensa y entrevistas a la familia en la que se basa la historia.

Sabiendo que son españoles, lo primero que llama la atención es que el reparto sea extranjero. No tengo nada en contra de Ewan McGregor y Naomi Watts, de verdad que no, pero me rechina que los llamen a ellos para esta superproducción financiada con fondos españoles. El director, me imagino, se moría de ganas de trabajar con actores de esa talla y no se lo reprocho, pero creo que resulta contraproducente para la intención de la película, que, supongo, es contar o narrar el drama de ese día.

A medida que seguimos la trama, es decir después de los primeros minutos de familia feliz con sus preocupaciones normales y el tsunami arrasando el complejo hotelero donde se alojan, vemos que la situación no mejora. Bayona insiste en americanizar «Lo Imposible» incluyendo a un pequeño rubio y muy blanco que se llevaba todos los «oh» de la sala cada vez que aparecía en pantalla cuando la primera mitad de la familia rescata a un chiquillo. Podría haber sido un niño autóctono de la zona, pero como los morenos no quedan tan bien delante de la cámara… La gente con la que se encuentra el padre también es extranjera en su gran mayoría y en el hospital nos encontramos otro tanto de lo mismo. Y es verdad, había muchos turistas por la zona cuando al océano le dio por mandar esas sacudidas, pero, qué queréis que os diga, yo me he llevado la sensación de que ha necesitado usar actores guapos y blancos para que el público se emocione. Me he quedado con la misma cara que con el final de «El niño del pijama a rayas», pobre Bruno, pero qué más da si mueren un montón de prisioneros si hay un niño ario e inocente.

En cuanto a la parte técnica, pensé que eso se iba a salvar, pero ¡tampoco! Me encuentro con una música que ensombrece cualquiera de los planos que deben ser supuestamente emocionantes. Estorba, más que acompaña, y eso es algo que no debería decirse de la banda sonora. La edición a ratos está bien y a ratos parece que la han hecho sin ganas y los efectos especiales no son tan espectaculares como nos prometen en cada anuncio de «Lo imposible«.

Eso sí, la película es sentimentaloide a más no poder, pero eso no se debe a que Bayona sea un buen director o a un elenco de estrellas. Creo que «Tsunami», el telefilm que propuso Antena 3 para competir contra Telecinco (ya que está en la producción de «Lo imposible»), también puede conseguirlo. Es la situación en sí, el reencuentro con los familiares después de una catástrofe, así que hasta con unas patatas podrían haber emborrachado de emoción a cualquier espectador que esté por la labor.

La actuación se la lleva gran parte el maquillaje, sobre todo en el caso de Naomi Watts, que es lo que más impresiona. Por lo demás, las interpretaciones han sido pasables, muy por debajo de lo que me esperaba, pero es que la historia no daba para mucho más: puro grito e ideas absurdas como la de abandonar a dos niños de siete y cinco años para buscar entre los escombros a la otra parte de la familia. Que no, que mucho basado en hechos reales y credibilidad cero, y eso no puede ser.

Lo mejor ha sido ver a Ewan McGregor en bañador y con esta lamentable y superficial afirmación creo que lo resumo todo. Le doy un cuatro sobre diez por sus primeros veinte minutos.