Si hace unas semanas era Paul T. Anderson con “The Master” en la Mostra de Venecia, San Sebastian ya puede considerarse “territorio Affleck”. Y es que el actor y director californiano ha logrado de nuevo el aplauso unánime de la crítica con el que es su tercer largometraje detrás de las cámaras. A pesar de presentarse fuera de concurso, “Argo” logró la ovación que en los grandes festivales se reserva a esos pocos filmes llamados a escribir lineas de honor en la historia del cine.
Hay algo en el cine de Affleck que despierta profunda admiración en cualquier cinéfilo. Quienes hayan disfrutado “Adiós pequeña, adiós” y “The Town. Ciudad de ladrones” saben de que hablo: clasicismo en pleno siglo XXI. Trazos sobrios que acaban por construir una imagen elegante, como solo los grandes han logrado. Mencionar a Clint Eastwood como referente de Affleck no sería novedoso. Resultan evidentes las influencias de filmes como “Mystic River”. Del mismo modo se podría hablar de John Huston o Don Siegel. Pensarán ustedes que la comparación supone una osadía, pero no pierdan de vista que Ben Affleck todavía no ha rodado los mejores planos de su carrera.
En “Argo” narra la curiosa historia vivida por un grupo de diplomáticos americanos intentando escapar de la embajada en Teheran tras el asalto sufrido por parte de los seguidores del Ayatolá Jomeini. Affleck (que también protagoniza la cinta) será el agente de la CIA que idea el disparatado plan de huida para los funcionarios. John Goodman, Bryan Cranston o Alan Arkin son algunos de los nombres que acompañan a Affleck en “Argo”. San Sebastián ya está a sus pies. El Oscar es solo cuestión de tiempo. Pase lo que pase, lo único claro es que el futuro está en tus manos, Ben.