Crítica: ‘Looper’

‘Looper’ es el estreno de la semana: una película de acción que resulta contar una historia trágica en ‘bucle’ con Bruce Willis y Joseph Gordon-Levitt. Este es uno de los casos en los que no hay que dejarse llevar por el trailer, nos encontramos ante un film duro y sentimental, que por pura necesidad y excusa viene salpicado de sangre y con banda sonora de balas. No obstante, este pseudoengaño no hace que la película sea mala sino que se deshaga de ciertos alardes futuristas que no nos hacen falta y se centre en otros dilemas también interesantes.

El argumento de ‘Looper’ recoge la historia de un asesino cuya misión es matar a sujetos que le envía una curiosa mafia-policia del futuro, época en donde están prohibidas todas las ejecuciones pero inventados los viajes en el tiempo. Así el protagonista siempre está en el mismo lugar a una hora señalada y simplemente dispara a un hombre atado y encapuchado que aparece de la nada. Al no ser este sistema de ‘limpieza’ muy legal cuando en el futuro deciden prescindir de uno de estos loopers envían al mismo su versión ‘adulta’, para borrar su huella, a cambio de una fortuna que el susodicho tiene 30 años (que son los años que separan estos dos tiempos conectados) para gastar a lo grande hasta que sea matado.

El conflicto se origina cuando Joe recibe su despido y su trabajo de matarse a si mismo. Su ‘yo’ viejo escapa y de ahí surge todo lo interesante: ¿el futuro está marcado?¿existe  el destino? ¿Debemos aceptar lo que nos viene predeterminado? ¿Qué configura éste? ¿Qué consigue cambiarlo si es que se puede? Y sobre todo, ¿Por qué Joe-Willis huye, negándose a si mismo, Joe-Levitt, su vida posterior? ¿Qué razones tiene y qué consecuencias?… Las preguntas pueden ser diversas en función del espectador.

Nos encontramos ante una doble historia que en realidad se trata de una única y un juego temporal como mero canal para la reflexión, una vez más. Quizás lo mejor es que su clima se vuelve espeso y el final sólo es aparentemente cerrado, para que uno saque sus propias conclusiones y decida con qué filosofía quedarse.  Eso sí, advertimos, las pretensiones de explorar cómo a los personajes les afectan los traumas infantiles, peor o mejor llevados, y toda las dudas anteriores, nos alejan de una película de simple entretenimiento.

De este modo, no es apta para niños, tanto por sus imágenes como por sus elipsis, así como por la brutalidad de la concepción de los asesinatos, el film no deja, sin embargo, de ofrecer pinceladas de un humor negro, por un lado, y de divertida prepotencia en la majestría aniquiladora de un Bruce Willis casi sesentón, por el otro. El niño (Pierce Gagnon), personaje importantísimo, tiene mala baba y Willis demasiada facilidad para matar. Estos son los únicos puntos de diversión trivial que hallaremos, pues no se nos puede ofrecer un ambiente más gris (a no ser que en el último momento aparezca el caballero oscuro en los créditos)

Un puntito de terror quiere también asomar a la historia y, a pesar de que no llega a aparecer se insinúa para generar mal rollo y potenciar el suspense. Esto contribuye a generar el clima oscuro y turbio del film.

Desde el punto de vista técnico ‘Looper’ está bastante bien resuelta. Hace un uso justo de los efectos especiales y el maquillaje y caracterización están bastante bien logrados: el mentón de Gordon-levitt parece natural, aunque sus lentillas dan un poquito de grima según la luz de la escena. Algunas secuencias, aunque interesantes, no están bien encadenadas como el inicial (triple) desdoblamiento o la lógica de la persecución del primer looper, terrorífica pero poco justificada.

En general, consideramos a ‘Looper’ una muy buena opción para ir al cine y agradecemos a su director Rian Johnson su buen hacer, además de esperar de él otros films interesantes en el futuro, sea como sea este tiempo.