Crítica de «Jonh dies at the end»

«John Dies at the End» es una de esas películas que necesariamente se disfrutan más en compañía. Diréis que en todas se puede aplicar esa premisa, pero también coincidiréis que en algunas más y en otras menos. Bueno, esta está en el tope de las más: guión alocado donde los haya sembrado de escenas cachondas, personajes intrépidos, escenarios imposibles, viajes dimensionales y una pizca de amor. No, esto no se puede ver solo porque esto hay que comentarlo.

De qué va John Dies at the End

Hay una nueva droga, » salsa de soja», que abre los canales de nuestros sentidos atrofiados y prejuiciosos, de modo que al consumidor le permite romper las reglas de la física y ver las cosas que día a día ignora o pasearse por otras dimensiones. Una de sus peores consecuencias es que quizás no vuelvas como humano. Paralelamente hay una amenaza contra la humanidad. David y John, el mismo John que da nombre al título, son los elegidos para combatirla y se esperan de ellos los mejores resultados.

¿Por qué me ha gustado John Dies at the End?

Porque es una película sencilla, sin grandes pretensiones, en la que el principal objetivo es entretener. No pretende ser transgresora ni quedarse en tu cabeza más del tiempo necesario. Cumple con nota sus metas más básicas; tiene, pues, unos cuantos puntos a favor:

El primero de ellos es el dúo protagonista. Es fácil que el espectador se congracie con ellos; caen bien desde que aparecen en escena y eso hace, evidentemente, el camino mucho más fácil. En realidad, nos apoyamos más en David, que es el que ha quedado con un periodista para contarle su historia, pero John, aunque se muestre más ausente, también busca la manera de simpatizar.

Otro punto a su favor, sin duda, es la colaboración de Paul Giamatti. Le da al proyecto un matiz serio. Sigue sin ser una gran superproducción, pero su presencia le pone la guinda al pastel y nos dice que estamos ante algo que será de nuestro interés. Su papel es pequeño, el de un secundario que quiere una buena historia para su reportaje, pero también está salpicado de la locura que envuelve en papillote toda la trama porque de eso nadie se salva, ni siquiera el espectador.

Debes poner de tu parte. ¿Esto es una ventaja? Yo diría que sí, al menos en esta película. Esto hace que te intrigue más la trama y quieras saber qué demonios sucede con la salsa de soja. La historia te capta, y aunque tienes que hacer continuas concesiones, las haces sin darte cuenta, casi por gusto.

El título resulta un genial reclamo. Cuando conocemos a John y sabemos que va a morir porque «John Dies at the End», nos lo han dicho, no le perdemos de vista y aguardamos impacientes a que ocurra la fatal promesa. La pregunta que ronda en la cabeza durante casi todo el rato es «¿cómo lo hará?».

Pero tiene sus cosas malas…

Y es que no da más de sí. Es difícil explicar esto porque parece más una sensación que un hecho objetivo, pero es así. La trama se ha llevado de tal manera que ha dado lo mejor que podía dar sin que esto llegara a resultar brillante y es una lástima.

Aun con todo, «John Dies at the End» es una buena película de ciencia ficción que se puede ver con los amigos un sábado cualquiera, sobre todo si tus amigos comparten el placer por historias que no llevan a ningún lado: solo lo que estés dispuesto a recorrer tú.

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